martes, 3 de enero de 2017

Cifras reveladoras I: la edad de oro

En su destacado carácter de fuente de ingresos para las arcas del estado, el tabaco estuvo bajo la lupa de las autoridades impositivas argentinas desde finales del siglo XIX. A los propósitos que nos interesan aquí, distintos compendios de información oficial (en general, registros aduaneros) fueron dando cuenta del crecimiento paulatino en el consumo de cigarros italianos a partir de su primer arribo al país, en 1861. La producción nacional de dicho rubro, iniciada veinte años después, resultó numéricamente poco significativa durante bastante tiempo, pero hacia 1900 era evidente que su relevancia había crecido de modo formidable. Fue así que un antiguo informe de tinte económico – tributario comenzó a ocuparse del tema en los primeros años de la nueva centuria. Se trata de la llamada Memoria del Departamento de Hacienda, cuyas viejas ediciones nos han servido para obtener y analizar una completa y meticulosa data de importación, producción y comercialización de puros toscanos desde 1905 hasta 1976  (1).


Tal cúmulo de referencias estadísticas será analizado a lo largo de cuatro entradas (dos en enero y dos en febrero) que se inician ahora mismo. Las tres primeras van a estar enfocadas en sendos ciclos esenciales para el devenir toscanero patrio, mientras que  la última tendrá un propósito de resumen general explicativo. Iniciamos hoy con lo acontecido por los tiempos del centenario (la edad de oro), en la segunda tomaremos conocimiento de los sucesos coetáneos a la Segunda Guerra Mundial (tiempo de cambios), en la tercera haremos un análisis de los años decadentes para el producto que nos convoca (el ocaso), y en la cuarta vamos a puntualizar las razones que nos llevan a designar cada período de la manera en que lo hacemos (toscanos per cápita). Ubiquémonos entonces al comienzo histórico de nuestra secuencia.


Desde 1861 hasta 1904, tal cual lo antedicho, las únicas cifras sobre dispendio de cigarros italianos fueron aquellas provistas por la Aduana de Buenos Aires. Algo muy lógico, ya que el acceso a semejantes productos estuvo monopolizado por la importación  durante dos décadas, mientras que la manufactura nacional, iniciada tímidamente hacia 1881, creció de modo muy lento hasta las postrimerías decimonónicas. No obstante, el advenimiento del nuevo siglo trajo consigo una avalancha en el interés por esos potentes puros de impronta mediterránea (2) con el consecuente y marcado aumento en su trascendencia porcentual para los guarismos industriales tabacaleros y las intenciones recaudatorias del fisco. Ya en 1905 se los comienza a mencionar de manera explícita, con números de la importación que van reflejando aumentos sostenidos, más allá de algún vaivén temporal: 70.622.365 unidades en 1905, 82.745.760 en 1906, 101.470.698 en 1907 y 96.370.000 en 1908. Pero en 1909 leemos algo inédito hasta entonces, tal vez la cita pionera de carácter oficial sobre el toscano de confección argentina. En efecto, los considerandos del director de la repartición incluyen una referencia respecto a que “la industria nacional comienza a elaborar en cantidades dignas de consideración los cigarros denominados toscanos.” (3)


Tamaña elocuencia se incrementa al año siguiente como explicación de una leve baja importadora. Así, el funcionario señala que la misma “ha sido ampliamente compensada por la producción nacional.”.


Si acaso hacía falta más énfasis, lo tenemos en 1911. “En cuanto a los cigarros tipo toscano de producción nacional, siguen desalojando a los de procedencia extranjera”, asegura la reseña, y luego sustenta el argumento con los números correspondientes.


La conclusión de este “cabeza a cabeza” entre nacionales y extranjeros llega en 1912, dándonos además una certeza absoluta sobre cierto punto que tratamos hace tiempo (4): el año preciso en que la manufactura argentina superó numéricamente a la importación. La frase respectiva no requiere comentarios adicionales: “el tipo de los cigarros de producción nacional preponderante es el italiano, habiendo desalojado al similar importado.”


Mediante las unidades comercializadas de uno y otro origen, el siguiente cuadro expone una visión más clara sobre el desarrollo del fenómeno  entre 1909 y 1914. Vale decir que la tendencia resultó irreversible, dado que a partir de 1912 los importados perdieron el protagonismo en forma definitiva (5).

AÑO                 IMPORTACION           ELABORACIÓN

1909                  108.870.000                     68.168.444     
1910                  105.280.000                     99.998.257
1911                  110.910.000                   108.653.532
1912                  106.510.000                   115.799.130
1913                  108.850.000                   136.625.285
1914                    94.465.000                   122.457.316

Independientemente de la “guerra” entre importadores y fabricantes para ganar el mercado, no podemos dejar de advertir la magnitud de los guarismos, que promediando el decenio alcanzan la pasmosa cifra de más de doscientos millones de ejemplares consumidos anualmente en todo el territorio de la república. Entonces… ¿cómo siguió la cosa? Eso lo veremos en la próxima entrada, muy pronto.


                                                             CONTINUARÁ…              

Notas:

(1) Lamentablemente hay numerosos períodos faltantes, que por suerte no corresponden a ninguna de las fechas claves que iremos marcando a lo largo de la serie. Los mayores “agujeros” informativos se sitúan en las décadas de 1920, 1940 (segunda mitad) y 1950.
(2) En los primeros años, la Memoria utiliza indistintamente los rótulos cigarros italianos, cigarros tipo italiano, cigarros tipo toscano  o cigarros toscanos, incluyendo alguna mención ocasional del Cavour. Un par de décadas después sólo se habla de toscanos, lo que indica la desaparición paulatina de los demás módulos peninsulares, en especial Cavour y Brissago, y en menor medida otros prototipos  que pisaron estas tierras esporádicamente, como Napolitano, Minghetti y Branca.
(3) Sin dudas, la puesta en funcionamiento de la gigantesca fábrica Avanti entre 1902 y 1904 resultó el principal motivo de crecimiento para la industria local.
(4) Fue en la entrada que subimos con fecha 1/8/2015: http://traslashuellasdeltoscano.blogspot.com.ar/2015/08/hace-cien-anos-se-producia-un-hito-en.html
(5) Se observará que, en algunos casos, hay diferencias sustanciales entre lo que dicen las imágenes y las cifras del cuadro. Ello se debe a que la Memoria solía hacer correcciones de un año al otro. Por ejemplo, en 1912 el informe habla de una elaboración nacional de 111.976.537, mientras que el cuadro expone 115.799.130. ¿Motivos? Este último número se menciona en 1913 como elaboración de 1912. En tales casos opto siempre por la cifra publicada más tarde, ya que supongo que el ministerio necesitaba cierto tiempo para"ajustar" los guarismos.

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