miércoles, 23 de enero de 2013

La familia de los cigarros italianos

En muchos testimonios sobre el comercio del tabaco en la Argentina durante los tiempos del cambio de siglo XIX al XX se pueden encontrar referencias constantes sobre los cigarros del llamado “tipo italiano”. Esta denominación abarca tanto al toscano como a otros componentes de una gama marcada por el origen peninsular de su manufactura, posteriormente imitada aquí por numerosas fábricas. Y si bien sólo el toscano logró una fama perdurable, hubo una época en que la celebridad del Cavour o el Brisago no le iba en zaga. Es interesante entonces realizar un repaso de esos otros especímenes de la antigua industria tabacalera de tradición italiana, que lograron un notorio suceso en su época y generaron las respectivas imitaciones locales producidas por firmas especializadas, como La Argentina o La Virginia. El análisis que sigue permite también evitar confusiones y saber de qué hablamos cuando decimos “toscanos”,  “caburés” (deformación fonética surgida en nuestro país por el uso de Cavoures como plural de Cavour) o “brisagos”.












A principios de la década de 1860, en pleno surgimiento de la unidad del Reino de Italia y de su monopolio estatal de tabacos, existían en aquel territorio 14 factorías tabacaleras nominadas por su ubicación: Torino, Sestri Ponente, Cagliari, Milano, Firenze, Lucca, Massa, Parma, Modena, Bologna, Chiaravalle, Napoli, Cava dei Tirreni y Lecce, que producían 11 variedades de tabaco picado, 24 de cigarros, 4 de cigarrillos y 37 de rapé. Algunos años después encontramos un muy ilustrativo cuadro que expone 22  tipos de puros confeccionados en Italia con sus correspondientes denominaciones, divididos en cuatro categorías llamadas Foggia Estera (es decir, imitación de formatos extranjeros), Alla Paglia (de paja o “a la paja”), Comunes y Cigarrillos. El siguiente es el cuadro en cuestión, en el que procedimos a numerar los cinco módulos que nos interesan, ya que todos los registros disponibles nos indican que fueron los prototipos consumidos en nuestro país vía importación o fabricación  nacional.


Desde luego que no vamos a abundar en el número 3, o sea el toscano, por ser el leitmotiv de este blog. Pero  nos detendremos en los otros cuatro, y especialmente en los dos primeros, cuyos antecedentes históricos  hablan de un importantísimo consumo en estas tierras desde 1880 hasta 1920 (I). Siguiendo la numeración sugerida en el cuadro, tenemos a los siguientes:

1-Cavour: cigarro creado en homenaje al Conde de Cavour (1810-1861), uno de los artífices de la unidad italiana. Su formato se asemejaba al estilo del habano, aunque en su elaboración se utilizaban todo tipo de tabacos americanos y europeos. Era un puro asociado a la región del Piamonte, por lo que su consumo resultó muy amplio en nuestro país gracias a la importante inmigración de ese origen geográfico, especialmente genovés. Ya en el censo Municipal de Buenos Aires de 1887 encontramos referencias sobre él, dado que se lo toma como ejemplo de cigarro típico para determinar los costos del tabaco.
2-Brisago: dotado de  múltiples denominaciones según usos y costumbres en cada país: Brissago (Suiza), Alla paglia (Italia), Virginier (Austria, Alemania), Brisago, De la paja, Virginia (Argentina). Su origen preciso es incierto y se lo producía a mediados del siglo XIX tanto en Austria como en el Véneto italiano y en el cantón  suizo de Brissago, donde también se elaboraban toscanos tradicionales de sabor más suave.  En cualquiera de sus formas, el Brisago suele tener una capa de tabaco Virginia como característica saliente, pero la peculiaridad que lo inmortalizó fue la hebra de paja que lo atraviesa y que debe ser retirada antes de fumarlo para crear un canal de aire, dejando una boquilla del mismo material en uno de sus extremos. En el cuadro se presentan cuatro tipos distintos, llamados Trieste, Madera, Virginia y Bella. Elegimos numerar el Virginia por ser el más paradigmático de la categoría.


4- Napolitano: propio de la región de Campania, era una especie de toscano algo más corto con uno de sus extremos cerrados. No parece haber sido demasiado popular en nuestro país, pero tenemos la certeza de que se importaba en la década de 1910.
5- Branca: perteneciente al segmento de los puros “cigarrillos” por su porte y calibre pequeños. También sabemos que era introducido al país hacia mediados de los años diez.

Faltaría señalar algunos documentos que confirman la existencia de estos ejemplares dentro del ámbito patrio, así como la fama consolidada del Cavour y el Brisago entre las preferencias de los viejos fumadores argentinos (la del toscano ya la conocemos bien). Veamos entonces la selección hecha por la revista Caras y Caretas en el año 1907, de acuerdo con una nota referida al consumo de tabaco en la Argentina. Para ilustrarla, los responsables del artículo eligieron una fotografía de 5 puros y 2 cigarrillos de papel, mencionados textualmente del siguiente modo, de izquierda a derecha: un “nacional”, un “de la paja”, un toscano, un “modesto cigarro de cinco centavos”, un Cavour,  y luego dos cigarrillos, uno para armar y otro armado.


No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta que semejante compendio no es para nada casual, sino que responde, por lógica, a los tipos más consumidos en ese tiempo. La presencia de tres modelos clásicos italianos (toscano, brisago y cavour) resulta, por lo tanto, una prueba irrefutable de su éxito (II). Finalmente hallamos una publicidad diseñada por los importadores exclusivos para los tabacos de la Regia Italiana desde el 17 de Julio de 1915, Ernesto Bunge y J Born, con el propósito de abrir un concurso de “afiche de réclame”  para sus productos. En ella, además de los cigarrillos Macedonia y Giubeck, se mencionan los cigarros Virginia, Branca, Cavour y Napolitanos. Y como epílogo, la siguiente frase asaz enfática: los verdaderos toscanos, producto legítimo de Italia fabricado por la Regia Italiana.


 Notas:

(I) En futuras entradas, tanto de este blog como de Consumos del Ayer, podremos apreciar diferentes evidencias documentales al respecto.
(II) Dentro del cuerpo de nota se señalan algunas cifras interesantes, como el siguiente consumo anual de cigarros puros: 119.868.465 cigarros de  0,05 a 0,20  centavos (categoría compuesta seguramente por los nacionales de formato tradicional), 82.745.760 de toscanos, cavoures, brisagos, hamburgueses, etc, y 3.766.605 cigarros de La Habana. Estos últimos fueron comercializados en nuestras tierras ininterrumpidamente desde los tiempos del virreinato, pero siempre como parte de un consumo de elite. 

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